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Figura 1, selección peruana de
fútbol celebrando un gol en las eliminatorias al Mundial Rusia 2018. Recuperado
de: https://www.google.com.pe/search?q=peru+al+mundial+2018&source=lnms&tbm=isch&sa
Luego de haber celebrado el tiro libre de Paolo durante las
eliminatorias y los inolvidables goles ante Nueva Zelanda, parecía seguro
asegurar la presencia del Perú en el mundial Rusia 2018, después de todo,
habíamos logrado clasificar luego de una prolongada espera. Sin embargo, el
destino de nuestra participación en el mundial, junto a la realización del
mismo, podría decirse, se jugó en otra
cancha. El viernes 13 de Abril Estados Unidos lanzó misiles contra bases
Sirias en Damasco, violando leyes internacionales y aumentando las tensiones en
el conflicto Sirio. Si las tensiones hubiesen aumentado, y Rusia tomado acción
directa, no habría mundial al cual asistir.
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En Marzo del 2011 el dictador Bashar Al-Assad ordenó se
dispare contra protestantes durante una demostración pacífica, para Julio del
mismo año, estos protestantes que se oponían al régimen de Al-Assad empezaron a
disparar de vuelta. Podríamos decir, que se cometió una falta por el lado del
gobierno Sirio, y en lugar de llamar al árbitro, la población empezó a
responder de la misma manera, llevando a la creación “Ejército Libre Sirio” e
iniciando con una guerra civil. Este conflicto sería el equivalente de un
partido de fútbol sin árbitro, en el que ambos equipos cometen faltas a diestra
y siniestra, resultando graves daños para la población inocente en Siria. Los
misiles lanzados por Estados Unidos y sus aliados (Francia y el Reino Unido),
constituyen otra falta, pero una más grave, al no haber árbitro, uno puede
deducir la manera en la que países como Rusia podrían responder. Lo que se
quiere evitar aquí es que aquella situación de Siria empeore, o se extienda a
un conflicto que incluya a los líderes de los equipos en juego, dígase Estados
Unidos (que apoya a los rebeldes) y Rusia (que apoya a la dictadura de Bashar
Al-Assad). La
decisión de atacar se produjo una semana después de que el presidente sirio
Bashar Al-Assad usara armas químicas contra civiles fuera de Damasco, matando
al menos a 42 adultos y niños. Este horrendo hecho no solo viola códigos
internacionales, sino también representa un peligro para toda la población
siria, pues estas armas químicas podrían ser utilizadas de nuevo. En este
contexto, Estados Unidos decidió bombardear bases en las que supuestamente se encontraría estas armas
químicas. Sin embargo, esta decisión fue errada, ya que utilizando estos
métodos violentos solo se logró aumentar las tensiones y alarmar a la población
siria, considerando como Al-Assad todavía posee armas químicas, según reporta
el pentágono.
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Figura 3, falta del jugador
argentino Mascherano en un partido amistoso. Recuperado de:
https://aprendamoses.wordpress.com/2016/02/29/30-verbos-basicos-para-jugar-futbol/
En medio de todo este embrollo, está el Perú, el mismo que
ha esperado 36 años para volver asistir a la fiesta más grande del fútbol. Si
las tensiones hubieran escalado a un conflicto mayor, el Perú no solo se habría
perdido del mundial, sino que tendría nuevas preocupaciones con las cuales
lidiar. En la cancha de las relaciones internacionales al Perú le ha tocado
jugar un rol de renombre, algo así como un arquero, al poseer la presidencia
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el periodo 2018-2019, el
mismo consejo que se encarga de decidir temas de seguridad internacional y de
regular medidas como las tomadas por Estados Unidos el pasado 13 de Abril. En
este sentido, aunque la decisión de lanzar los misiles no paso por los
diplomáticos Peruanos, lo que vino después sí, y cualquier decisión del Consejo
de Seguridad ha sido tomada bajo la presidencia de ninguna otra que nuestra
nación blanquirroja. Entonces, ¿Qué se ha hecho luego de estos perjudiciales
ataques? Al tener la potestad de hacer algo, ¿Qué hicieron nuestros
diplomáticos? Nada. Después de un acalorado debate, el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas rechazó el sábado una resolución rusa que habría condenado los ataques
aéreos realizados horas antes. Esto, en el deporte rey, sería el
equivalente a que el arquero abandone su portería a mitad del partido, dejando
campo libre para todos los delanteros del equipo contrario.
En esta publicación no solo condenamos los ataques por parte
de Estados Unidos, ya que son una medida violenta que aumenta las tensiones,
sino también al régimen de Bashar Al-Assad, aquel en el que las violaciones de
derechos humanos son el pan de cada día. Se debe hacer una distinción entre el
tipo de medidas a tomar, puesto que las acciones de Estados Unidos no son la
manera apropiada de actuar, al haber puesto en peligro la paz internacional.
Cabe resaltar que el conflicto en Siria no es un juego, al término no se
perderá un partido, se desestabilizan un país, y perderán incontables vidas.
Esperemos que, algún día, este conflicto cobre igual importancia que el próximo
partido de la selección y el Perú no abandoné aquel campo de juego sin haber
dejado una marca positiva.
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